Por Isaac Rudnik*
El descenso del consumo de alimentos también llegó a los barrios y se reflejó en caída de las ventas y una fuerte desaceleración de las subas de los precios. El incremento de acumulación en stocks de productos que no tienen el movimiento habitual, obligaron a las cadenas mayoristas a moderar los aumentos, y a las cadenas de supermercados a multiplicar ofertas.
En medio de una fuerte caída de la actividad económica: 54% de utilización de la capacidad instalada de la industria contra 62% del mismo mes 2023; caída en el Estimador Mensual de Actividad Económica del 3,2% respecto al mismo mes del 2023; descenso de la producción industrial (Índice de Producción Industrial) del 9,9% respecto al mismo mes del año anterior y 11,1% en comparación con el primer bimestre del 2023, el consumo interno y las ventas se desplomaron a niveles inéditos.
La última publicación del INDEC da cuenta de un descenso pronunciado de las ventas en supermercados durante el primer trimestre del actual gobierno, tanto en la comparación interanual como en la mensual.
Por su parte las ventas en los pequeños y medianos negocios minoritas también están siendo afectadas fuertemente por la retracción del consumo.
“Comercios de las grandes ciudades consultados señalaron que en abril se perdieron ventas en manos de los hipermercados, que atrajeron público con algunos descuentos muy agresivos. En los almacenes de barrios, la mayor demanda se focalizó en marcas alternativas, buscando abaratar la canasta alimentaria” (Informe CAME: “Las ventas minoristas pyme caen 7,3% anual en abril”).
El sector de alimentos claramente es de los que más bajas está sufriendo. Las ventas en los pequeños y medianos comercios de alimentos en abril descendieron 8,5% respecto al mismo mes del 2023, mientras que durante los cuatro primeros meses de este año se desplomaron un 23,8%.
Los precios en los negocios de cercanía de los barrios populares
El descenso del consumo de alimentos también llegó a los barrios y se reflejó en caída de las ventas y una fuerte desaceleración de las subas de los precios. El incremento de acumulación en stocks de productos que no tienen el movimiento habitual, obligaron a las cadenas mayoristas a moderar los aumentos, y a las cadenas de supermercados a multiplicar ofertas.
Según el relevamiento mensual de precios de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) que hacemos en los negocios de cercanía de 20 distritos del conurbano bonaerense, en abril su valor total promedio se mantuvo estable. Una Familia de dos adultos/as y dos niños/as pequeños que en marzo requirió $338.945,78, para adquirir los alimentos básicos de todo el mes, en abril necesitó $338.679,83, o sea que tuvo una variación mínima de -0,08%. Respecto al mismo mes del 2023, los incrementos promediaron el 270,76%.
Si observamos la variación por rubro se ve, que el sector de frutas y verduras tuvo una importante baja mensual: -9,12%; mientras que los productos de almacén aumentaron 1,57% y las carnes subieron 3,23%. En la comparación interanual los productos de almacén se incrementaron 310%, y los de carnicería y verdulería 257,72 y 206,56% respectivamente.
Esta desaceleración, muy probablemente transitoria, de los precios de los alimentos lejos está de constituir un alivio real para los habitantes de los barrios populares. No hay que olvidar que va acompañado de un fuerte recorte a los planes sociales que viene implementando el gobierno desde el momento que asumió. Con la excusa de que está “monitoreando e investigando” posibles hechos de corrupción, paralizó la entrega de alimentos, anuló cientos de miles de asignaciones por motivos nimios o inexistentes, y en un último acto de barbarie redujo a la mitad la remuneración que venían percibiendo cientos de miles de trabajadores y trabajadoras que a través del Plan Potenciar trabajaban en diversos proyectos productivos de la economía popular.
Los objetivos del gobierno
El plan del gobierno en este andarivel de su acción política busca dos objetivos principales: Primero, traslado de ingresos desde los sectores populares a los más poderosos, camino por el que viene avanzando rápidamente. En sus primeros cinco meses los trabajadores/as y las clases medias, son mucho más pobres, y los más ricos y poderosos son muchos más ricos y poderosos.
No está alcanzando el mismo éxito en la consecución de su segundo objetivo: desarmar, destruir y acallar a las representaciones sociales que desde hace décadas son la voz de los/as pobres y excluidos/as de las distintas variables bajo las que se construye y desarrolla este modelo injusto. El gobierno es consciente que, sin avanzar hacia esta meta, el primer logro no es sostenible en el tiempo.
Las Organizaciones Sociales, junto a los trabajadores/as nucleados en los sindicatos, junto a las clases medias que se movilizan masivamente en defensa de la educación y la salud públicas, de la cultura, los derechos humanos, los derechos de las mujeres y las diversidades, están dando una pelea que no sabe de protocolos antipiquetes, ni de amenazas represivas y provocaciones que abundan en los relatos de todos los funcionarios oficiales, desde el Presidente para abajo. Las Organizaciones Sociales están más vivas y fuertes que nunca.
Variación mensual e interanual de los alimentos
*Isaac Rudnik es Director Nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI).
**Diseño de nota: Manuela Rebori
Contacto: 11-41882603 (Isaac Rudnik) / Prensa: 11-36483667