LA PROTECCIÓN LABORAL ¿ESTANCA EL CRECIMIENTO DEL EMPLEO REGISTRADO?

*Por Ricardo Climent

La polémica sobre el estancamiento del empleo formal en la Argentina de la última década ha suscitado diversas explicaciones acerca de los determinantes de dicha situación. Entre las más aceptadas está la que señala al régimen laboral argentino como su principal causa. Sin embargo, esta atribución del estancamiento del empleo formal al régimen laboral, no solo es falsa, sino también que lejos de reflejar el fenómeno en su complejidad, lo simplifica y, en definitiva, lo tergiversa.

En un contexto mundial donde se promueven y fortalecen los derechos que protegen y garantizan el trabajo digno, se plantea en la Argentina que las leyes laborales vigentes desincentivan la formalidad. La reducción de la protección laboral, más que brindar una solución al estancamiento del empleo formal, sólo genera mayor precariedad en las condiciones de contratación. En este sentido, es esencial reconocer que el problema del empleo formal no radica tanto en el marco regulatorio laboral argentino, como en otros factores de índole estructural, tales como la agudización de la competencia mundial y la introducción de nuevas tecnologías en los procesos productivos.

Empleo registrado, empleo informal y desocupación en el contexto mundial

La polémica sobre el estancamiento del empleo formal en la Argentina de la última década ha suscitado diversas explicaciones acerca de los determinantes de dicha situación. Entre las más aceptadas está la que señala al régimen laboral argentino como su principal causa. Sin embargo, esta atribución del estancamiento del empleo formal al régimen laboral, lejos de reflejar el fenómeno en su complejidad, lo simplifica. Se aduce que la legislación argentina ejerce una influencia negativa sobre la demanda de empleo, al desalentar la generación de trabajo en el sector registrado. Dicho con otras palabras, la cantidad de mano de obra que las firmas estarían dispuestas a contratar, a determinado nivel de salario, vendría a mantenerse estable debido a que las leyes vigentes imponen costos y restricciones económicamente inviables para las empresas, sobre todo a las medianas y más pequeñas. Lo que se traduce en reticencias a invertir, y una mayor propensión a recurrir a modalidades de empleo informal o sub declarada, en lugar de vinculaciones formales sujetas a la regulación laboral vigente.

No obstante, consideramos que esto requiere de una mirada más amplia que incluya el contexto mundial. En este sentido, partimos de seleccionar un conjunto representativo de países del mundo, basándonos en el PBI, el peso de la informalidad y las respectivas tasas de desempleo, durante el período comprendido entre 2015 y 2022.

Cuadro 1. PBI, tasa de desempleo y economía informal. Argentina y resto de países. Año 2014-2022.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo, el Banco Mundial y https://www.worldeconomics.com/Informal-Economy/

A partir del Cuadro 1, podemos observar, en primer lugar, una relación entre el PIB y la tasa de desempleo. En este sentido, todos los países muestran que el crecimiento de su producto impacta en la reducción de los niveles de desempleo, lo que sugiere la existencia de una fuerte correlación entre los ciclos económicos y la generación de empleo formal. Por otra parte, es posible reconocer semejanzas estructurales entre los países latinoamericanos que los diferencian de los países del G7, en lo que respecta, no solo al PBI, sino también la proporción de la ocupación informal. Es notable el hecho de que Chile, Argentina, México y Brasil exhiben altos niveles de informalidad que superan el 27%, mientras que en los países del G7 este indicador no llega al 10%. Esta disparidad aporta evidencia de que, en los países más ricos, las regulaciones laborales y las protecciones de los derechos del trabajador están más sólidamente establecidas y son más rigurosamente aplicadas que en los países en desarrollo.

Mayor protección a los derechos laborales en los países más ricos: el indicador de la OIT

Tal observación se refuerza al examinar el Cuadro 2, el cual revela que en la mayoría de los países del G7, los altos niveles de formalidad laboral coexisten con los niveles de cumplimiento de los derechos laborales más elevados.

Cuadro 2. Nivel de cumplimiento de derechos laborales medido por la OIT. Año 2015-2021.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo y el Banco Mundial.

El nivel de cumplimiento de derechos laborales al que se hace referencia, es un indicador clave que evalúa en qué medida se garantizan y promueven los derechos laborales considerados por los países que constituyen la OIT como “(…) base esencial para el diálogo social, la gobernanza eficaz del mercado laboral y la realización del trabajo decente”. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un alto nivel en este indicador (es decir uno que se acerque al 0, siendo este el mejor puntaje posible) señala que el país presenta políticas y prácticas que protegen y fomentan compromisos mutuos entre empleadores y empleados, lo que contribuye a un entorno laboral más justo y equitativo. Mientras que un bajo nivel de este indicador (cercano al número 10) refleja todo lo contrario.

Así, la presentación de este indicador en el principal organismo internacional del trabajo pone de manifiesto la importancia de los derechos laborales. En este sentido, la gran mayoría de los países occidentales en el mundo, lejos de observarlos como obstáculos, fomentan y mantienen activamente políticas regulatorias a favor del derecho al trabajo digno. Inclusive muchos de estos en la actualidad se debaten la posibilidad de ampliarlos, teniendo por caso España con la reducción de la jornada laboral a 38 horas semanales, o la iniciativa del Reino Unido en 2023, con el ensayo exitoso de la semana laboral de cuatro días, en la que participaron 61 empresas durante seis meses, entre otras.

Como ya sostuvimos, los países de altos ingresos presentan elevados niveles de cumplimiento de derechos (1,9 en promedio), mientras que los países de bajos ingresos coinciden con niveles de cumplimiento de derechos más bajo (arriba de 3,7). Esto, en suma, muestra que los regímenes donde se mantienen altos niveles de cumplimiento de derechos fundamentales para la realización del trabajo decente, lejos de influir negativamente en el mercado de trabajo, contribuyen positivamente a mantener altos niveles de poder adquisitivo y condiciones dignas de trabajo.

En la industria manufacturera

Por último, consideramos como central otro punto a tener en cuenta, que es la evolución de los principales sectores que históricamente han sido motores de la formalidad en las condiciones de contratación. En este sentido, el sector de la industria manufacturera puede tomarse como un caso paradigmático del trabajo registrado, en el que los convenios colectivos de trabajo con mayor regulación han tenido una gran incidencia en el mundo occidental. Esto lo diferencia de otros sectores con condiciones de convenio más flexibles acorde con las formas de sus dinámicas productivas. Ejemplo de esto, el rubro de la construcción y de los servicios.

Innegablemente, la industria manufacturera ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Sin embargo, estos cambios han ocurrido en todo el mundo. Los gráficos 1 y 2 revelan que en países del G7, como Alemania, Italia y Japón, la proporción de ocupados en el sector manufacturero experimentó una mutación sustancial. En este sentido, si a principio del siglo XXI 2 de cada 10 trabajadores estaban empleados en dicho sector, entrada la segunda década del mismo siglo, esta cifra se redujo a 1 de cada 10.

Gráfico n°1. Ocupación de la manufactura sobre el porcentaje de la población total. Argentina y G7.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo.

Sin embargo, la línea tendencial para el caso de Argentina muestra que la pendiente es menos pronunciada. Algo similar ocurre si se compara Argentina con otros países de Latinoamérica, siendo Brasil y México los únicos países de la región con desarrollo industrial similar a Argentina.

Gráfico n°2. Ocupación de la manufactura sobre el porcentaje de la población total. Argentina y Latinoamérica.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Organización Internacional del Trabajo.

Los factores como la competencia internacional y los avances tecnológicos han impactado significativamente en la demanda de mano de obra en este sector, llevando a una disminución de su participación en la generación de empleo formal, independientemente de los regímenes laborales. En la mayoría de los países lo que creció fue la participación del sector terciario (servicios) concomitantemente al decrecimiento del sector secundario.

Gráfico n°3. Evolución de sectores de la economía. Argentina 1996-2022

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Mundial.

Esto sucede en Argentina. Sin embargo, quizás la diferencia es que, en países dependientes, como los de Latinoamérica, la informalidad en dicho sector ha ganado terreno, mientras que en países del G7 dicho sector terciario se encuentra más protegido por derechos laborales.

Estos elementos dan lugar a la necesidad de profundizar el análisis sobre el estancamiento del empleo registrado en Argentina, introduciendo nuevos conceptos como la tecnología y nuevas formas de organización del trabajo. Evitando de esta manera las falsas afirmaciones convertidas en consignas fáciles teñidas de la ideología neoliberal.


Ricardo Climent es investigador del ISEPCI e integra el área de economía del instituto.

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