El programa del FMI: un modelo de industria extractiva y producción primaria con baja demanda de empleo

Escriben: Isaac Rudnik y Rubén Ciani

Los principales indicadores de la evolución real de la economía de un país, surgen de la ecuación básica de la actividad macroeconómica que iguala las denominas oferta global y demanda global.

Las variables que componen estas ecuaciones son el Producto Bruto Interno, por el lado de la oferta; el consumo, la inversión y las exportaciones, por la demanda. Las  importaciones suelen medirse como descuento en la demanda global, vinculándolas al  resultado del comercio exterior del país.

En base a este esquema, analizamos la evolución 2018 de cada una de estas variables en Argentina, considerando datos del FMI, complementados por información local

 

PRODUCTO BRUTO INTERNO (PBI)

El PBI de un país representa todos los bienes y servicios generados por su económica en un periodo dado; y mide también, como contrapartida, el total de ingresos de los habitantes del mismo durante dicho período. Es el componente excluyente de la oferta global.

La variación del PBI muestra el crecimiento (variación positiva) o decrecimiento (variación negativa, también denominada recesión) de la actividad económica y en consecuencias de los ingresos por ella generados.

Siguiendo los datos estimados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2018 se observó en Argentina, un decrecimiento del PBI, y en consecuencia de los ingresos totales del país, del 2.6% con respecto a 2017. Esta recesión es coincidente con la aplicación del programa de ajuste económico acordado entre el  gobierno y el  FMI a mediados del 2018.

El proceso recesivo se mantendría en el año 2019, con una baja estimada por el FMI del 1.6%.  Claramente, los efectos de las medidas de ajuste acordadas no se agotan en 2018. Es más, si observamos los pronósticos de largo plazo del FMI, esta recesión continuará hasta el año 2020.

Durante el período post-crisis de la salida de la convertibilidad, cuyo inicio consideramos a partir del 2003, el PBI de Argentina observó solo cuatro años de recesión o decrecimiento. En 2009 y 2014, período de gobierno del kirchnerista, y en dos de los tres años trascurridos del gobierno macrista; estos son 2016 y 2018.

Una mejor medida del impacto económico de la recesión, es la medición del PBI per capita (pc), variable que representa que ingreso promedio le correspondería a cada habitante del país en un período considerado. También con datos del FMI y medido en dólares por habitante, su evolución fue en Argentina significativamente negativa en 2018.

 

En dicho año, los ingresos por habitante  generados por la economía, medidos en dólares, registraron una baja del orden del 40% con respecto al año anterior (combinación recesión y devaluación), al disminuir el PBI pc desde 14.462 dólares por habitante a 10667 dólares.

Por otra parte, si observamos las perspectivas marcadas para 2019, esta tendencia negativa continuaría, alcanzando con 9.055 dólares (baja del 60% en dos años) el nivel más bajo de PBI pc desde 2007, cuando fue de 7315 dólares por habitante.

 

CONSUMO E INVERSIÓN

Consumo e Inversión son los componentes de la demanda global interna. El dato de consumo, incluido como demanda global, se refiere sólo a los bienes finales (no intermedios)  producidos por la economía. Incluye al realizado por los agentes privados como por el gobierno (consumo público).

El FMI no presenta datos de consumo y tampoco disponemos aun de medición final 2018 que elabora el INDEC. Sin embargo podemos observar que los datos del tercer trimestre del año en Argentina, los últimos publicados por el INDEC, muestran una caída estacional para el consumo privado (medida  con respecto a igual período del año pasado) del 4.5% en términos reales, es decir computando estrictamente la cantidad de bienes que se dejaron de comprar.

Si bien esta caída trimestral es  la mayor  de los últimos cinco años, cabe destacar que recién comenzaba a manifestarse la crisis económica en 2018, por lo tanto debemos estimar  una mayor caída de consumo para el cuarto  trimestre. A modo de referencia podemos ver los datos de ventas publicados por el INDEC para todo el 2018 que muestran una caída generalizada de las ventas en Supermercados, Centros de Compras (Shópings) y Autoservicios Mayoristas, mientras que los datos de ventas minoristas de la CAME, mostraban a partir del mes de octubre una caída mensual promedio superior al 10%.

En la visión del FMI la inversión medida como porcentaje del PBI sube en 2018 en Argentina al 23.7% frente al 18.6% en 2017. Este aumento de la participación relativa de la  Inversión sobre un PBI que disminuye, se corresponde con una disminución en la participación del consumo.  Esto refleja, que el mayor peso del ajuste cae sobre el consumo, en tanto que los proyectos de explotación primaria (agrícola y minera) soportan en principio los  embates recesivos.

Según los cálculos locales, la inversión fija no financiera (la que se corresponde con la formación de capital física), observó en el tercer trimestre del año 2018 una caída estacional del 11% (datos INDEC), medida también en términos reales. Esto revirtió una  tendencia positiva, observada durante los primeros meses del año.

Cabe destacar al respecto, que los flujos de inversión en exploración de minería y gas-petróleo (Vaca Muerta), aumentaron su ritmo de crecimiento desde el ingreso del gobierno macrista en 2015,  apoyadas por una política de desregulación y subsidios para los  sectores primarios extractivos. A modo de referencia, el informe “Mine 2018 Tempting Times” de la Consultora PWC (www.cronista.com), señala que entre 2015-2018 el número de perforaciones en Argentina se cuadruplicó al pasar de 244 a 1000, manteniéndose un ritmo de exploración que supera con creces al registrado a nivel mundial.

El FMI proyecta, para el año 2019, un nuevo crecimiento en la participación de la inversión en el PBI.

 

EXPORTACIÓN E IMPORTACIÓN

Exportación e Importación son las variables del comercio externo de un país. En una economía abierta al mercado mundial, las exportaciones integran la demanda global de y las importaciones la oferta global; existiendo la alternativa de descontar estas últimas de la demanda.

El FMI estimó para el año 2018 en  Argentina un incremento en las exportaciones 2018,  y una caída relevante en las importaciones.

Esta tendencia en el comercio externo, es una derivación directa de la devaluación registrada por el tipo de cambio peso/dólar y de la recesión que la misma generó. La devaluación mejoró la competitividad de los productos exportables frente a los bienes importados, en tanto que la recesión, que afectó especialmente a sectores industriales y al consumo de las familias, limitó las importaciones de bienes. En suma, ambos efectos, permitieron corregir parcialmente el desbalance comercial registrado en 2017 y la pérdida de divisas que el mismo promovía.

El crecimiento de las exportaciones en 2018 alcanzó al 5.5%. Según los datos desagregados del  INDEC, este crecimiento proviene de un aumento  del 68% en las ventas externas de combustible y del 9% en los productos de origen industrial (MOI), esto  último asociado a la leve recuperación de la económica de Brasil. Ambos compensaron en exceso, la baja registrada en los saldos exportables agrícolas, afectados por la sequia imperante en 2018 y la correlativa pérdida productiva de los cultivos.

Se puede inferir que las perspectivas que el FMI muestra para el 2019, consideran  un incremento en las exportaciones en línea con la recuperación de la cosecha de granos. El 8.3% de crecimiento, sobre un valor de exportaciones que en Argentina ronda los 60.000 millones de dólares anuales, reporta un incremento en divisas a ingresar de 5.000 millones de dólares. Este ultimo número se encuentra en línea con las expectativas de recuperación de las exportaciones agrícolas; por lo cual, se puede suponer que el crecimiento provendría de ese sector.

La exportaciones de combustibles y minerales, el otro sector que sostiene esta recuperación del comercio externo argentino, crecerán preferentemente en términos de volumen, ya que la tendencia negativa observada en el precio del petróleo limita un aumento en términos de valor.

Por el lado de las importaciones, la baja medida por el FMI se muestra excesiva, no obstante coincide con la tendencia observada localmente, que computa una caída más reducida. El FMI internacional parece sobrevaluar la elasticidad en la demanda de bienes importados en Argentina, donde la transnacionalización económica es alta. Esto, marca un interrogante para el ingreso de divisas a partir de comercio externo.

 

CONCLUSIONES

Las estimaciones del FMI acerca de la evolución en Argentina de las variables de la oferta y demanda global, no sólo reflejan el ciclo recesivo registrado durante el año 2018, sino que complementadas con datos locales y  proyecciones del propio organismo para el presente año, permiten perfilar algunas conclusiones, que si bien parecen redundantes frente a la política dominante, consideramos oportuno sostener. Estas son:

 

  • La continuidad de la recesión hasta el 2020, en consecuencia la profundización del proceso de pérdida de ingresos por habitante.
  • Un sostenido flujo de inversiones, que de mantener su orientación hacia los sectores de producción primaria y no hacia la industrialización local, como sucedió en 2018.
  • Sostenimiento de inversiones en un contexto de caída del PBI, compatible con un ajuste en el consumo.
  • Crecimiento de exportaciones basado en productos agrícolas, que en general tienen bajo agregado de valor y empleo.
  • Consolidación de un modelo de producción primario y extractivo, con baja demanda de empleo.

 

Isaac Rudnik y Rubén Ciani. Investigadores del ISEPCi

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