*Por Nicolás Schteimberg
En un contexto global de avance gradual pero inexorable hacia un mundo multipolar, la Argentina se incorpora al BRICS
¿Qué es BRICS?
El 24 de agosto se confirmó la entrada de Argentina al BRICS, junto a otros 5 países. ¿En que consiste esta alianza? ¿Es beneficiosa para el país?
Si entramos a la web de BRICS y accedemos a la sección What is BRICS? nos encontraremos con algo muy interesante: una página caída. Más allá de ese percance, podríamos definir BRICS como una alianza económica y política entre 5 potencias económicas emergentes fundadoras: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica (de ahí la sigla BRICS).
Esta alianza tiene por objetivo la promoción de acuerdos de comercio entre los países miembros y de proyectos comunes como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), cuya flamante presidenta es Dilma Roussef, la expresidenta petista de Brasil. También plantea la utilización de monedas propias de los países integrantes para comerciar entre ellos, en lugar del dólar.
Para aclarar una primera confusión: BRICS no es un órgano multilateral, ni un Mercado Común, ni una Unión Aduanera. No es el Mercosur ni la Unión Europea que son bloques regionales, no es el FMI o la OMS que son organizaciones multilaterales reglamentadas con normas precisas. Es una alianza en la que los países miembros se reúnen anualmente, y cuya presidencia es rotativa. Mucho más comparable a otras alianzas como el G7 o el G20
Con este último ejemplo podemos ya definir el probable verdadero objetivo de los BRICS: Construir a nivel global una alianza comercial y geopolítica alternativa a la hegemonía norteamericana que se viene imponiendo desde la caída del Muro de Berlín. Destaco la palabra alternativa porque difícilmente esta alianza se plantee a sí misma como opuesta a Estados Unidos (por más que alguno de sus integrantes sí lo haga). No hace falta más que mirar quienes son sus integrantes, algunos de ellos como Brasil e India, países con -históricamente- buenas relaciones con EE.UU. Ni que hablar de varios de los países que ingresarán ahora, como Egipto o Emiratos Árabes Unidos. Puede plantearse así como una alianza sin EE.UU, pero no necesariamente anti-EE.UU.
¿Puede ser beneficioso para Argentina?
En primer lugar es importante destacar el tiempo verbal de la pregunta en el subtítulo: “¿Puede ser?” en lugar de “¿Será?”. Al momento darse a conocer la invitación al BRICS (y también al momento de escribir esta nota), el país se encuentra en el medio de un largo proceso electoral en el cual parece muy probable que sea una de las dos fuerzas de derecha las que obtengan la presidencia, por sobre el oficialismo peronista. Ambos candidates se han posicionado en contra de la entrada del país a los BRICS. Es posible que sea sólo una estrategia electoral, un mensaje a sus electores más recalcitrantes, teniendo como fuente la experiencia de Bolsonaro en Brasil que jamás rechazó participar, pero sostuvo una postura absolutamente pasiva para con el Bloque. Igual, lo único real al día de hoy, es que el ingreso de nuestro país al BRICS es incierto.
Retomando la pregunta, definitivamente puede ser beneficioso para Argentina.
En los países integrantes del BRICS vive cerca del 46% de la población del planeta. Es responsable por el 43% de la producción de petróleo y por el 40% de la de gas en el mundo.
Más del 40% de las exportaciones argentinas tienen por destino un país actualmente integrante de la alianza. Estos suponen un 26% del PBI global. Facilitar el comercio con estos actores puede aumentar la productividad, inversión y financiamiento en el país.
A esto se le agrega la posibilidad de comerciar en monedas alternativas al dólar, lo que puede aliviar la histórica restricción externa argentina.
Además, le otorga voz y voto en una mesa importante. Una mesa que según la tendencia puede volverse más importante en los próximos años. Sirve como manera de construir la posición de Argentina como actor de importancia a nivel global.
Sin embargo, es fundamental no dejarse engañar. Como se menciona más arriba, es difícil pensar al BRICS como una salvación, como una contrahegemonía democrática que le pondrá fin al imperialismo norteamericano. ¿Puede ser beneficioso? Definitivamente sí. Pero hay que mantener los pies sobre la tierra al respecto.
Una gran pregunta de las relaciones internacionales
Entre las distintas teorías y escuelas de las relaciones internacionales hay conflicto por diversas cuestiones, pero una muy importante es la siguiente: ¿Deben las relaciones internacionales y comerciales de un país estar sujetas a que exista una concordancia ideológica o de régimen político con los países aliados? Más específicamente, ¿Debe Argentina aliarse con regímenes afines a su modelo y su régimen político, o debe primar lo que le conviene económicamente, comercialmente, políticamente?
BRICS parece traer su respuesta. Dentro suyo habrá países con históricas rivalidades y conflictos territoriales: China contra India, Arabia Saudita contra Irán y contra Emiratos Árabes, Egipto contra Etiopía. Pareciera una alianza dispuesta a dejar de lado esas cuestiones en favor de sus necesidades económicas, comerciales y políticas.
En un contexto global de avance gradual pero inexorable hacia un mundo multipolar, en el que la hegemonía excluyente de los EEUU se va agrietando, la participación de la Argentina en una alianza de las características del BRICS, es un paso adelante en la inserción internacional que debemos buscar, para ganar autonomía a la hora de tomar las decisiones necesarias para fortalecer caminos de crecimiento y desarrollo soberanos.
* Nicolás Schteimberg es licenciado en Ciencia Política, integrante del espacio «El Patio Trasero» y del área económica del ISEPCI.
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