«El Uruguay, sin el MERCOSUR, es un Uruguay que quedaría aislado. Desde el punto de vista político ya lo está hoy, ya que el actual presidente no tiene una buena relación con el presidente de Argentina, ni con el de Brasil, ni con varios de los presidentes latinoamericanos, sobre todo de América del Sur».
El Patio Trasero habló con Daniel Caggiani, actual Senador Nacional uruguayo por el Frente Amplio y ex presidente del Parlasur: La situación del gobierno de Lacalle Pou, el avance de la derecha en la región, la actualidad del Frente Amplio y más.
EL PATIO TRASERO (EPT): Después de tres años de Lacalle Pou en la presidencia del Uruguay, algunas encuestas le dan hasta un 45% de aprobación. Teniendo en cuenta que en este período de gobierno se sucedieron hechos como la pandemia, la guerra de Ucrania, la sequía y ,últimamente, la crisis hídrica, el primer interrogante que nos surge es: ¿Crees que estos números reflejan efectivamente la realidad actual y cuál es la evaluación del FAA sobre las consecuencias de la actual gestión para la mayoría del pueblo uruguayo?
Daniel Caggiani (DC): Este es un gobierno que ha aplicado una política de ajuste neoliberal brutal en medio de la pandemia. Es el único país en América Latina que cuando estábamos sufriendo la crisis sanitaria aplicó una política de ajuste estructural que recortó el presupuesto público en áreas sensibles como la salud, la educación, la vivienda y, al mismo tiempo, logró aumentar los impuestos. Eso generó, sin duda, una situación compleja desde el punto de vista de la actividad económica que, con el impacto de la pandemia, se agudizó mucho más y logró que más de 100.000 uruguayos ingresaran bajo línea de pobreza.
Eso también provocó un impacto negativo en varias áreas, sobre todo en el importante crecimiento de la pobreza infantil, por ejemplo, donde hoy uno de cada cinco niños uruguayos se encuentra bajo la línea de pobreza. Eso produjo un problema desde el punto de vista estructural bastante importante.
Más allá de eso, creo que el presidente ha logrado disociarse del gobierno y ha construido una imagen de ser un gran presidente, pero básicamente todas sus promesas de campaña electoral no han sido cumplidas. Él prometió bajar los impuestos y los subió, prometió bajar el combustible y lo subió, prometió tener mejores niveles de actividad económica para el conjunto de la ciudadanía y no lo cumplió, prometió que el salario y las jubilaciones no iban a bajar y solamente bajaron en estos años.
Hay elementos que por lo menos son complicados para el conjunto de la sociedad, pero todavía queda tiempo para que culmine este gobierno y los grandes resultados que se esperaban tener, por parte de los ciudadanos que lo votaron, también han fluctuado en estos tiempos.
EPT: Ante la avanzada de la derecha en nuestra región, ¿Qué tan importante es la victoria de Lula para el progresismo en Latinoamérica?
DC: El triunfo de Lula ha sido un catalizador importante de la izquierda regional. Los procesos electorales, tanto de Colombia como de Chile, han servido también para tener experiencias en cuanto a la necesidad de construir frentes amplios para enfrentar a las derechas. Derechas que también se han unificado y que se han radicalizado en sus discursos y se han corrido hacia la extrema derecha.
Son tiempos de poder pensar los desafíos de nuestras sociedades en pos de una visión que contemple el desarrollo económico y el desarrollo productivo con una mirada mentalmente importante. Tiempos es que es necesario tener mayores niveles de inclusión social, de integración regional y de incorporación de conocimiento y tecnología en nuestros sectores productivos para también desarrollar nuestra economía y poder ser un poco menos dependientes de los países centrales.
Pero bueno, esos son desafíos de más largo plazo que no se resuelven en un proceso electoral solamente y que tienen necesariamente una construcción política detrás. Creo que ahí también las fuerzas políticas y el Frente Amplio tienen una tarea muy importante para desarrollar juntos a la sociedad uruguaya.
El triunfo de Lula ha sido un catalizador importante de la izquierda regional. Los procesos electorales, tanto de Colombia como de Chile, han servido también para tener experiencias en cuanto a la necesidad de construir frentes amplios para enfrentar a las derechas.
EPT: En la última reunión de presidentes del Mercosur el mandatario uruguayo volvió a reclamar que se acelere la firma del tratado de Libre Comercio con la UE, tuvo expresiones muy duras respecto a los planteos de Lula y Alberto Fernández, e incluso promulgó una declaración final propia, siguiendo una línea muy crítica respecto a la misma existencia del Mercosur. ¿Creen que en lo que queda de su mandato podrá dar pasos firmes en dirección de poner a Uruguay fuera del Mercosur?
DC. El Uruguay, sin el MERCOSUR, es un Uruguay que quedaría helado. Desde el punto de vista político ya lo está hoy, ya que el actual presidente no tiene una buena relación con el presidente de Argentina, ni con el de Brasil, ni con varios de los presidentes latinoamericanos, sobre todo de América del Sur.
Además, me parece que la aventura de un UREXIT, al estilo del BREXIT, es una aventura que no tiene ningún tipo de sostén desde el punto de vista económico y comercial. El MERCOSUR para el Uruguay es su principal sello comercial en materia de bienes, pero si agregamos los servicios, los servicios logísticos, los turísticos, la inversión extranjera directa, también es su principal sello comercial en ese sentido.
Por lo tanto, sería difícil pensar que el Uruguay pueda irse del MERCOSUR, entre otras cosas porque los países no se mudan. Uruguay tiene casi 1.700 kilómetros de frontera junto con Brasil y Argentina que, sin duda, tienen un importante grado de intercambio, no solo desde el punto de vista comercial sino también desde el punto de vista de las actividades cotidianas de las ciudades limítrofes. Sería impensado construir una especie de muro que divida el Uruguay de Brasil y Argentina.
Por lo tanto, es una aventura poco posible de implementar, más allá de que a veces en el discurso puede quedar cómodo y ser una fácil transmisión de los fracasos de la política internacional del Uruguay. Sobre todo, de este gobierno con respecto a las supuestas ataduras o lastres que genera el MERCOSUR en nuestra economía.
EPT: ¿Cómo ves el posible rol a futuro que puede tener el MERCOSUR?
DC: Sin duda el MERCOSUR tiene desafíos muy importantes, es fundamental que pueda desarrollar la agenda externa comercial para tener una nueva inserción de cara al siglo XXI. Eso es un elemento importante, pero también debe fomentar una agenda interna que contemple las investigaciones que tienen los socios comerciales, en especial los socios con menor desarrollo relativo. Y, a su vez, promover la integración productiva, no solo desde el punto de vista comercial, sino también de nuestras cadenas productivas, la integración de la educación, de los campos de las universidades y en especial de los centros científicos tecnológicos.
La nuestra es una región importante, que produce alimentos y energía en un mundo que lo reclama con mayor necesidad a partir del desarrollo mundial, pero también por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. En este contexto, la geopolítica de los alimentos y de la energía juega un papel fundamental, el MERCOSUR tiene que plantearse una mirada a largo plazo, y el Uruguay sin duda necesita reposicionarse en ese MERCOSUR y tener una agenda intensa de desarrollo y de integración.
EPT: Los/as dirigentes históricos del FAA Tabaré, Astori, Mugica, y otros/as, cumplieron un ciclo que le permitió al Frente coronar exitosamente en tres gobiernos consecutivos un largo período de acumulación de fuerzas de luchas del pueblo uruguayo. ¿Está emergiendo una nueva dirigencia capaz de tomar la posta y darle proyección al legado del FAA que emergió de los años de dictadura constituyéndose en protagonista de una democracia construida por fuera de los principios neoliberales?
DC: El Frente Amplio, luego de más de 50 años de vida y 15 años de experiencia del Gobierno Nacional, y otros tantos de gobiernos departamentales, tanto de Montevideo, como de Canelones y algunos departamentos del interior, pero sobre todo a partir de la pérdida del Gobierno Nacional en las elecciones del año 2019, ha hecho un proceso importante de crítica y de evaluación de cuáles son los problemas que el Uruguay enfrenta en materia de viabilidad como proyecto de Nación, en función de enfrentar este gobierno neoliberal que ha restringido derechos, que ha cercenado posibilidades de desarrollo y que ha privatizado y recortado sectores importantes y estratégicos de nuestra economía y nuestro país.
Está claro que eso va a ser un compás de esperanza para el pueblo uruguayo que está sufriendo las consecuencias de la aplicación de un gobierno de corte neoliberal. Es necesario tener una visión política que construya una visión de país, una visión de integración regional, una visión de un Uruguay insertado al mundo.
Creo que sin duda el Frente Amplio ha empezado a problematizar y a pensar propuestas para solucionar los principales problemas que tiene Uruguay hoy. Y en relación a ese debate político, programático y más en clave estratégica, surgen nuevos liderazgos, ya que la izquierda uruguaya tiene que pensar también en los liderazgos que puedan cumplir el importante papel de sintetizar estas ideas en compañeros y compañeras que puedan asumir la posta.
Ese es un proceso que sin duda no está acabado, recién ha comenzado. El Frente Amplio está en una transición en ese sentido. Hoy hay compañeros y compañeras que seguramente serán candidatos en las próximas elecciones y eso nos posiciona de manera importante en el proceso electoral futuro de cara al año 2024.
Esos nuevos liderazgos, en esta nueva elección nacional, también van a servir para dialogar con la gente, para pensar los problemas de la sociedad y, sobre todo, buscar caminos de conexión que son necesarios e importantes en esta nueva realidad. En ese sentido el Uruguay tiene un desafío importante.
Isaac Rudnik es Director Nacional del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI). Contacto: 11-41882603/ Prensa: 11-36483667/ Daniel Caggiani 598 99 119 452