La deficiencia alimentaria se consolida entre los niños y adolescentes del conurbano

Durante los meses de marzo y abril pasados, desde la organización Barrios de Pie en conjunto con el Instituto de Investigación ISEPCI (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana), hemos dado continuidad al relevamiento del INDICADOR BARRIAL DE SITUACION NUTRICIONAL (IBSN), que se realiza dos veces por año en 30 distritos del Conurbano Bonaerense.

A continuación se presenta una síntesis de los resultados del 1er semestre 2018:

1. La información procesada y sistematizada a la fecha describe la situación nutricional de 23168 niños, niñas y adolescentes de 0 a 19 años, relevados por los/as promotores/as de salud capacitados/as en el manejo de técnicas antropométricas en 30 distritos del Conurbano Bonaerense. Se trata de niños y adolescentes que asisten a merenderos, comedores, clubes y espacios comunitarios, ubicados en barrios en situación de alta vulnerabilidad socio-sanitaria, cuyos padres en su mayoría son titulares de programas sociales con transferencia de ingresos.

2. En el 1er semestre de 2017 la población relevada en barrios de similares características alcanzó a 13.654 niños y adolescentes, lo que en la comparación interanual implica un incremento del 69,67%, manifestación del continuo aumento de la concurrencia de familias, a los comedores y merenderos comunitarios de los barrios populares, que no pueden cubrir los requerimientos nutricionales de sus hijos e hijas.

Para un total de 2506 lactantes (+67% respecto al año anterior), de 0 a 2 años, el 26,1% (654 n), presentan malnutrición, lo que da cuenta que estarían recibiendo una alimentación inadecuada: por déficit 3,6% de bajo peso, mientras que los indicadores por exceso presentan un 11,4% de sobrepeso y 11,1% de obesidad. Como hace doce meses, uno de cuatro lactantes presenta alguna forma de malnutrición.

Sobre un total de 20662 niños, niñas y adolescentes de 2 a 19 años, sin discriminar grupo etario, en este primer semestre de 2018, el 42.3%, se encuentran en alguna de las variantes de malnutrición, destacando la preeminencia de los indicadores por exceso, sobrepeso 20.7%  y obesidad 19.5% mientras que en bajo peso encontramos un 2.1% del total. Hay un progresivo agravamiento de la situación alimenticia, pues en el primer semestre de  2017 la malnutrición estaba por debajo del 40% (39,4%), mientras que un año después se incrementó en 3 puntos porcentuales, lo que implica que 4 de cada 10 niños/as y adolescentes padecen malnutrición en el conurbano bonaerense.

Discriminados por franja etaria se observan algunas situaciones diferentes.

En la primera infancia, de 2 a 6 años, el 39,5%, está afectado por algunas de las variantes de malnutrición. Aparece un 2,3% bajo peso, 21,1% de sobrepeso, 16,1% de obesidad, mientras que un 2,3% se ubica en riesgo de bajo peso. En primera infancia la malnutrición descendió 1 punto porcentual, pasando de 40,9 a 39,5% de los relevados, pero manteniendo la proporción de 4 de cada 10 niños y niñas padecen malnutrición.

En la segunda infancia, de 6 a 10 años, de un total de 7089 niños/as, presentan malnutrición, el 45,7%, estarían afectados por algunas de las variantes de malnutrición. Aparece un 1,6% bajo peso, 19,6% de sobrepeso, 24,6% de obesidad. Se ubican en riesgo de bajo peso el 1,9% de lxs niños/as. En esta franja se da un importante aumento de la malnutrición: de 39% en 2017, a un 45,7% en el presente año, produciéndose los mayores incrementos en obesidad (de 19,2 al 24,6%), en sobrepeso (17,1 a 19,6%). Esta situación es altamente preocupante si se tiene en cuenta que esto se produce entre los niños y niñas en edad escolar que reciben por lo menos una comida y una merienda diaria en los comedores escolares, que no estaría aportando la alimentación necesaria para una dieta adecuada.

En los n/a de 10 a 19 años, de un total de 4999  presentan malnutrición, el 42,3%. Aparece un 2,4% bajo peso, 21,8% de sobrepeso, 18% de obesidad. Se ubican en riesgo de bajo peso el 3,5% de n/a. al igual que en la segunda infancia, aquí los incrementos de los niveles de malnutrición son muy importantes, pasando del 37,1 al 42,3% en el último año, siendo muy preocupantes los aumentos en las variantes de obesidad (14 al 18% de los encuestados) y sobrepeso (de 19,5 a 21,8%).

Consideraciones generales

La realización periódica de esta Investigación/Acción/Participativa en barrios vulnerables del Conurbano bonaerense, nos ha permitido observar que en los niños, niñas y adolescentes 0 a 19 años convocados, están presentes significativos valores de malnutrición en todos los grupos etarios.

Causa alta preocupación el 42.3% de malnutrición en 8745 n/a de 2 a 19 años. Estas cifras nos afirman la tendencia de que la malnutrición infantil se ha consolidado en alrededor del 40% en los últimos años, con énfasis en el sobrepeso y la obesidad, lo cual pone en evidencia la existencia de problemas crónicos y estructurales en una buena parte de la población para acceder a alimentos nutritivos en cantidad y calidad necesarios. Habría también que analizar que la presencia de estas variables de malnutrición, nos interpela sobre la repercusión de hábitos sedentarios y escasa actividad física, debiendo relevar cuál es la real oferta recreativa y deportiva en los barrios, siendo el sedentarismo uno de los factores de riesgo de mayor importancia que deben ser modificados con urgencia.

Lo hasta aquí descripto, pone en evidencia la preocupante vulnerabilidad nutricional en la que se encuentra la población, que asiste a copas de leche, merenderos y comedores de los Movimientos Sociales, como así también a otros espacios comunitarios que fueron incorporados al relevamiento como clubes deportivos, guarderías, escuelas e iglesias, que hoy estarían siendo afectados por una alimentación inadecuada para su edad, lo cual de no modificarse, abre las puertas a enfermedades tanto en lo inmediato como en la edad adulta. Limitando su crecimiento y desarrollo integral tanto físico como psicosocial, deteriorando su calidad de vida.

Todos estos n/a integran grupos familiares afectados por múltiples vulnerabilidades. Destacándose como uno de los principales condicionantes, los límites que imponen los reducidos ingresos de que disponen para alimentarse, donde no hay elección ni posibilidad de acceder a una alimentación adecuada en cantidad ni calidad, con los requerimientos nutricionales para el periodo de crecimiento.

El aumento sostenido del precio de los productos frescos como carnes, lácteos, frutas y verduras agravan la tendencia que ya veníamos observando del reemplazo de alimentos nutritivos por alimentos rendidores en las mesas de los hogares más humildes. Así, mientras baja la ingesta de proteínas, hierro, calcio y vitaminas, sube la de hidratos de carbono y grasas. Al mismo tiempo, se consolida la situación de la preocupante adaptación de la dieta de los niños a la de los adultos, sin complementar con productos necesarios para su desarrollo durante la lactancia y primera infancia principalmente.

En este estado de situación la sanción de una Ley de Emergencia Alimentaria resulta de alta prioridad, ya que promueve el fortalecimiento de políticas públicas para garantizar una alimentación digna, suficiente en calidad y cantidad. Promueve un fuerte aumento para el presupuesto de comedores escolares, comunitarios y programas alimentarios los cuales sostienen la principal nutrición diaria de n/a. Instituye la obligatoriedad de la detección precoz de Malnutrición, permite contar con información estadística georreferenciada, busca desencadenar procesos de construcción de ciudadanía genuinos. Específicamente en relación a la salud nutricional poner en movimiento acciones de acompañamiento y protección a las familias para reducir los efectos negativos de la malnutrición en la salud de n/a que comprometen el desarrollo de una vida plena.

 

Isaac Rudnik – Laura Lonatti

ISEPCi | Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana

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