LA ECONOMÍA CRECE, LOS INGRESOS DE LOS TRABAJADORES DECRECEN.
Isaac Rudnik y Juan Fresno.
La actividad general de la economía se va recuperando pero el poder adquisitivo de los sectores populares no deja de deteriorarse al ritmo de los incesantes aumentos de los alimentos.
Hay que impedir que se siga repitiendo lo sucedido una y otra vez en la historia reciente: mientras la economía crece los ingresos de los trabajadores decrecen. En consecuencia, los que se apropian de los beneficios del nuevo período de desarrollo vuelven a ser los grupos económicos más poderosos.
Según el relevamiento en comercios de cercanía de 20 distritos del conurbano bonaerense, que realizamos mensualmente desde el ISEPCi, en mayo los productos de la Canasta Básica de Alimentos aumentaron 4,29% respecto a lo que valían en abril.
Una familia de dos adultos/as y dos niños/as necesitó para cubrir esos gastos esenciales $26.684,44; o sea $1100 más (4,29%) que los $25.586,23 que precisaban treinta días antes.
Nuevamente el rubro carnes volvió a encabezar los aumentos con un 8,22%. En tanto, los productos de almacén subieron 3,60% mientras que las frutas y verduras tuvieron un descenso de 1,84%. En este mes de mayo esta familia de cuatro personas necesitó casi $10.000 (diez mil pesos) solo para cubrir sus compras de carne.
Así, en lo que va del corriente año los alimentos no dejaron de aumentar siempre por encima del 3% cada mes.
Cinco meses de incrementos permanentes en los productos de la Canasta Básica golpean el presupuesto de toda la población, y especialmente sobre los sectores mas vulnerables de nuestra sociedad.
En los primeros cinco meses las verduras subieron 6,21%. Mientras que los alimentos que se adquieren en almacén aumentaron 19,02% , y para comprar carne hubo que desembolsar en promedio un 36,05% mas que a fin del año pasado.
Cinco meses de aumentos de precios de la canasta de alimentos
Más allá de la expectativa generada por el Gobierno el año pasado, cuando envió el proyecto de ley de presupuesto nacional que contempla una inflación anual del 29%, el inicio del 2021 no fue muy auspicioso. En enero los alimentos se incrementaron 4,5%, en febrero 3,09%, en marzo llegó al 5,18%, en abril fue del 3,47% y en mayo un 4,29% más que el mes pasado.
Como se observa en el cuadro de arriba en todo este período el incremento de la Canasta Básica de Alimentos fue del 22,26%; mientras que el salario y la jubilación mínimas tuvieron aumentos muy por debajo de esos porcentajes.
Así en diciembre del año pasado la jubilación mínima estaba en $19.035, y en mayo llegó a $22.071, o sea 16% más.
Por su lado, en diciembre el salario mínimo ascendía a $ 20.587 y en mayo fue de $24.485; es decir, que tuvo un incremento de 19% en los cinco meses que los alimentos subieron 22,26%.
Mientras la actividad general de la economía se va recuperando aun con las dificultades propias de las restricciones que impone la pandemia; las exportaciones producen mayores ingresos externos por los aumentos de los precios internacionales de los productos que exporta el país; crecen el saldo comercial y la recaudación impositiva, y se va reduciendo el déficit fiscal. El poder adquisitivo de los ingresos de los sectores populares en general y de los trabajadores en particular, no dejan de deteriorarse al ritmo de los incesantes aumentos de los alimentos.
Las políticas que el Gobierno ha instrumentado hasta ahora no han dado resultados. Seguimos reclamando el congelamiento inmediato de los precios de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos como primera medida que permita detener la continuidad de la sangría permanente de los recursos de las familias de los sectores populares.
Hay que impedir que se siga repitiendo lo sucedido una y otra vez en la historia reciente. Mientras la economía crece los ingresos de los trabajadores decrecen, y los que se apropian de los beneficios del nuevo período de desarrollo vuelven a ser los grupos económicos más poderosos.