El uso de barbijos en la prevención del coronavirus

Ante el avance de la pandemia de Covid-19, resulta necesario profundizar en los debates que se están dando entre especialistas y organizaciones en el mundo a medida que se va conociendo en mayor medida el comportamiento de este virus. Uno de estos temas gira en torno al uso del barbijo.

Escribe: Laura Lonatti*

Las opiniones de profesionales e instituciones sanitarias remarcan que el uso del barbijo no reemplaza al distanciamiento, ni tampoco al lavado de manos como principales medidas de prevención para impedir la diseminación del coronavirus. Sin embargo aparecen voces que instan a utilizar todos los medios posibles para aplanar la curva de contagios.

Hasta el momento en la Argentina no hubo modificaciones en el protocolo sobre el correcto uso de barreras protectoras como el barbijo, en consonancia con la Organización Mundial de la Salud (OMS) (especificó que el uso de barbijos es necesario únicamente para personas que presenten síntomas respiratorios). El Ministerio de Salud de la Nación continúa señalando que el uso de barreras protectoras personales como los barbijos solo están recomendadas para personas que presentan síntomas de infección respiratoria: fiebre junto a tos, dolor de garganta o dificultad respiratoria y para personal de salud que atiende a personas con síntomas respiratorios.

En la Argentina y en el mundo se desarrollan trabajos de investigación donde se analizan las “rutas virales”, la distancia que pueden recorrer las gotas de saliva después de un estornudo. Estos estudios sugieren que las exhalaciones, los estornudos y la tos no solo consisten en gotas de corto alcance, sino que están formadas por una nube de gas que atrapa el aire ambiental y transporta un continuo de gotas de distinto tamaño. Analizar exactamente cómo viaja el virus a bordo del aliento es clave para evaluar con precisión si sirven o no los barbijos o máscaras, y de qué tipo, para que sea efectiva la barrera de prevención del contagio.

Qué está sucediendo en el mundo

En una videoconferencia con periodistas organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la doctora Seon Kui Lee, directora de la División de Evaluación de Riesgos y Cooperación Internacional del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC), dio algunos consejos para contener la pandemia en base a la exitosa experiencia coreana: «En cuanto al uso de mascarillas por parte del público, nosotros recomendamos que las usen solamente quienes tienen síntomas. Pero como el COVID-19 muestra muy pocos síntomas en muchos casos, también recomendamos su uso a quienes por su trabajo estén en contacto con mucha gente…”.

Recientemente se conoció que  los Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos (CDC) decidieron recomendar a los norteamericanos que usen «máscaras faciales de tela» para evitar la propagación del nuevo coronavirus.

Tal decisión seguramente tiene que ver con el escenario epidemiológico, la etapa por la que se está atravesando en cada país: si es de contención tendría menor sentido su uso, ya que estaríamos en presencia de menor cantidad de casos no así cuando la etapa es de mitigación, donde la circulación del virus ya es de presencia comunitaria.

El Dr. Sui Huang, biólogo molecular nacido en Suiza y profesor de la Universidad de Harvard  en un reciente informe explica: “La recomendación oficial de los CDC, la FDA y otros de que las máscaras que usan los profesionales no sanitarios son ineficaces es incorrecta en tres niveles: en la lógica, en la mecánica de la transmisión y en la biología de la entrada viral (…). La recomendación oficial (…) de que el público no debe usar máscaras faciales fue motivada por la necesidad de guardar máscaras de respirador para los trabajadores de la salud. No hay respaldo científico para la afirmación de que las máscaras que usan los no profesionales ‘no son efectivas’. Por el contrario, en vista del objetivo declarado de ‘aplanar la curva’, cualquier reducción adicional, aunque parcial, de la transmisión sería bienvenida, incluso la que ofrecen las máscaras quirúrgicas simples o las máscaras caseras (DIY) (que no exacerbarían el problema de suministro). Los últimos hallazgos biológicos sobre la entrada viral de SARS-Cov-2 en el tejido humano y balística de estornudos/gotas de tos sugieren que el mecanismo de transmisión principal no es a través de aerosoles finos sino gotas grandes, y por lo tanto, garantiza el uso de máscaras quirúrgicas por parte de todos.” (Covid-19: Por qué debemos llevar todas las máscaras – Hay una nueva justificación científica). https://medium.com/@Cancerwarrior/covid-19-why-we-should-all-wear-masks-there-is-new-scientific-rationale-280e08ceee71

Qué sucede en la Argentina

Nora Bar, Editora científica del diario La Nación, en una nota muy interesante del día 5 de abril, analiza los pro y contras como así también las preocupaciones de los epidemiólogos por el mal uso de estos dispositivos, ya que esto puede incrementar, en lugar de disminuir, el riesgo de infección, del mismo modo que ocurre con los guantes. (¿Son eficaces los barbijos para evitar la propagación del nuevo coronavirus?). https://www.lanacion.com.ar/ciencia/coronavirus-barbijos-si-no-nid2350916  

Por su lado la Sociedad Argentina de Infectología desaconsejó a la población utilizar los barbijos como método de prevención. Explican que “los virus respiratorios, incluyendo el 2019-nCoV, no se encuentran suspendidos en el aire. Es necesario que una persona infectada con dicho virus lo elimine a través de sus secreciones, y solo estarán expuestos quienes se encuentren a corta distancia”. (La Sociedad Argentina de Infectología desaconsejó el uso de barbijos para prevenir el coronavirus). https://www.infobae.com/salud/2020/02/04/la-sociedad-argentina-de-infectologia-desaconsejo-el-uso-de-barbijos-para-prevenir-el-coronavirus/

Algunas de las opiniones de profesionales integrantes del consejo asesor del Poder Ejecutivo dejan de manifiesto que están analizando nuevas orientaciones en relación al uso de barreras protectoras:

Pedro Cahn «seguramente en los próximos días se analizarán las nuevas evidencias y se decidirá si continuar o no con la política actual». El uso de barbijos sigue siendo un tema de discusión entre especialistas y organizaciones. El CDC acaba de recomendar que se usen barbijos en las zonas de alta circulación de personas donde no se puede garantizar la distancia de un metro y medio entre la gente… Esa no sería hoy la situación de la Argentina. Puede ser una opción cuando pasemos a una nueva fase de la cuarentena. Hay que ser claros en que eso no significa ponerse cualquier tela sobre la boca o la nariz, sino que tienen que ser barbijos quirúrgicos. Esos insumos son críticos porque ya hoy hay una gran necesidad de uso por las personas sintomáticas, pero especialmente por el equipo de salud. Y en el supuesto caso de que se cambiara la recomendación, eso no aplica a los barbijos N95, que son los específicos para el personal de salud que está realizando procedimientos invasivos: es decir, intubando a un paciente o realizando un hisopado o cualquier procedimiento que pueda producir aerosoles».

Angela Gentile, infectóloga y epidemióloga: “De ninguna manera está contraindicado el uso de barbijo social, pero sin olvidar las grandes medidas que siempre se repiten: distanciamiento, toser en el pliegue del codo…  Lo que está recomendando el CDC es para zonas de alta transmisibilidad, como algunos estados de Estados Unidos, y cuando uno no está seguro de poder mantener el distanciamiento, que sería la medida más efectiva. Hay que ser cauteloso en el análisis, dejar en claro que lo más importante es el distanciamiento, y que quizás es un tema a discutir en la salida de la cuarentena. Lo importante es que el barbijo no se transforme en un fetiche y que si uno siente que lo está usando está todo resuelto. En resumen: podría llegar a tener utilidad, pero la situación epidemiológica en los Estados Unidos es un poco diferente de la nuestra, hay que ser cautelosos y analizarlo».

Omar Sued, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, destaca: «La recomendación del CDC refuerza la idea de que puede haber un período pre sintomático de 24 o 48 horas, y entonces las personas que no pueden mantener la distancia mínima recomendada de un metro, o metro y medio tendrían que utilizar barbijo para evitar transmitir a las otras personas en el que caso de que aparecieran síntomas más tarde. Si se logra mantener una distancia prudente con los demás, los virus que estén en el aire se van a diluir, caerán al piso y no va a haber transmisión. Pero si la gente tiene riesgo de estar con otras personas a menos de un metro no está mal utilizarlo. No sé si vamos a llegar hasta el punto de la República Checa de pedirle a todo el mundo que lo use todo el tiempo. Si una persona utiliza un barbijo que no filtra para evitar infectarse él y se amontona en una cola de supermercado o de un banco, el riesgo de infectarse es alto, sobre todo si se toca la cara permanentemente».

Daniel Flichtentrei, director de Intramed: «Las medidas de prevención y control van cambiando de acuerdo con el rumbo de la pandemia… No son fijas, sino sensibles y adaptadas al contexto. La recomendación de usar barbijos siempre fue limitada y prudente para evitar el acaparamiento que deja desprotegido al equipo de salud. En momentos de circulación viral comunitaria significativa, la protección con máscaras de tela tiene valor en los lugares de mayor contacto (supermercados, farmacias, bancos)».

En la últimas horas el Jefe de Gobierno de la CABA y su Ministro de Salud recomendaron: «Pedimos que no salgan, pero si salen porque están contemplados en las excepciones a la cuarentena, les pedimos que lo hagan tapándose la boca… los barbijos profesionales tenemos que guardarlos para el sistema de salud, que es donde más se necesitan».

El sentido común interpela sobre la necesidad de resolver con rapidez la diferencia de criterios, teniendo en cuenta que se acerca el levantamiento gradual de la cuarentena obligatoria. Si el uso de los barbijos o mascarillas faciales (incluso caseras) pueden ser útiles para reducir el riesgo en aquellas situaciones en las que se dificulte respetar el distanciamiento social con espacio mínimo de un metro, debería estar dentro de los protocolos oficiales.

*Directora del Área de Salud Colectiva de ISEPCi/Barrios de Pie